RINITIS ALÉRGICA EN NIÑOS
Rinitis es el término que los médicos utilizamos para definir la inflamación inespecífica de la mucosa nasal, la cual es causada por una gran cantidad de agentes externos e internos.
Dependiendo de su duración puede ser aguda o crónica, y según la forma de su presentación, suele ser estacional o perenne.
Su forma aguda está relacionada con procesos infecciosos, predominantemente de origen viral; en tanto que la rinitis crónica, también muy frecuente, tiene a la alergia como su causa más común durante la etapa pediátrica.
La forma estacional se expresa con síntomas que se exacerban durante ciertas estaciones del año y está relacionada con el polen de los árboles durante la primavera; durante la primavera y el verano con la polinización de pastos, y durante el otoño, con el florecimiento de las malezas.
Los niños con rinitis alérgica perenne, tienen síntomas que persisten durante todo el año, como respuesta a su exposición a substancias que les inducen alergia (alérgenos) que habitualmente se producen de modo natural dentro de su mismo hogar y que están relacionadas con los desechos de los ácaros y de las cucarachas, con las esporas del moho y con el pelo de los animales domésticos.
Los síntomas dependen de la severidad de la enfermedad. Ésta puede ser leve, moderada o severa. Característicamente el niño puede presentar estornudos matutinos, obstrucción nasal, escurrimiento de moco hialino y picazón o comezón en la nariz y en ojos. Su aspecto es el de un niño que luce pálido y ojeroso, con ojos rojos y llorosos. Su voz se escucha gangosa, respira por la boca y puede roncar por la noche. Además puede presentar carraspeo, accesos de tos, comezón en la garganta, en el paladar y en los oídos e incluso puede presentar disminución de la audición, del olfato y del gusto, así como dolor de cabeza y alteraciones del sueño, con o sin fatiga, durante el día.
La rinitis alérgica representa el 3% de la visitas al médico.
En Chile, se considera que aproximadamente entre 20 % y el 30 % de la población la padece, pero sólo entre el 4 y el 13%, el diagnóstico y su tratamiento queda establecido correctamente por un médico.